“Iguales ante los ojos de Dios”
Read in EnglishPor Kristin Jones
Las personas siguen quejándose de las veredas y farolas.
Esas son las malas noticias en Lago Vista Mobile Home Park, una comunidad en las afueras de Loveland donde los habitantes han estado trabajando juntos para mejorar la calidad de vida dentro del vecindario. Durante mucho tiempo, algunas personas han evitado salir de noche porque no se sienten seguras; eso no ha cambiado.
Pero en los tres años desde que los vecinos empezaron a reunirse con regularidad para tratar lo que ven como algunos de los mayores desafíos para gozar de buena salud y su prosperidad colectiva, muchas otras cosas han cambiado.
“Podemos ver un ‘antes’ y un ‘después’ en Lago Vista”, dijo Sonia Ledezma, una joven esposa e inmigrante de México que forma parte del equipo.
La comunidad es una de varias en el estado que se están asociando con The Colorado Trust para impulsar sus propias visiones de equidad en salud. Después de años de fortalecer relaciones y planificar, varios pueblos y vecindarios en Colorado han recibido fondos a través del proceso de Colaboraciones comunitarias para implementar planes específicos que esperan traten algunas de las desigualdades más profundas que les impiden tener una vida larga y sana.
Lago Vista, como las otras comunidades, es única. Está compuesta de un vecindario con más de 1,000 personas que viven en cerca de 300 casas rodantes en las afueras de Loveland. Está rodeada por la ciudad en la mayoría de sus bordes, pero no forma parte de ella; la comunidad en sí le pertenece a un propietario que no vive en Colorado.
Heide Philpot ha vivido aquí por 19 años. Crio aquí a sus dos hijos y se presentó a la primera reunión de las Colaboraciones comunitarias debido a ellos.
“Había un estigma porque vivían en un vecindario de casas rodantes”, dijo.
Para algunas personas de la comunidad, fue fácil identificar los problemas de vivir en Lago Vista. La gente describió sentirse triste al tener que mudarse aquí. El sentimiento de inseguridad física fue parte de eso; a algunas personas les preocupaba que sus hijos fueran caminando a la escuela. También se sintieron aisladas socialmente; algunas se quejaron de que no conocían a sus vecinos o de que las personas no eran amigables. Algunas se sintieron blanco de la discriminación, les preocupaba que a sus hijos los acosaran en la escuela o se sintieron decepcionadas con el sistema escolar o la falta de comunidad y participación de los padres.
Parte de la tarea fue identificar los recursos que la comunidad ya poseía. Lago Vista ofrece un espacio con viviendas asequibles en una ciudad y un estado cada vez más costosos. La comunidad cuenta con una casa club con piscina y espacios compartidos para organizar programas como de tutoría para niños. La administración de la comunidad ha causado ansiedad en el pasado, pero a la administración actual se la considera en gran parte como comprensiva.
Además, poco a poco, por el simple hecho de reunirse, las cosas empezaron a cambiar para mejor. El equipo de residentes organizó eventos como el Festival de Primavera de este año, el cual atrajo a cerca de 200 personas, o el 20 por ciento de las personas que viven en el vecindario.
Los padres empezaron a reunirse entre ellos para hablar sobre el acoso escolar cuando sucedía, y observaron mejoras inmediatas. La comunidad empezó a abogar por sí misma con el distrito escolar y convenció a los administradores para que agregaran paradas de autobuses dentro del vecindario en lugar de al borde, por ejemplo.
Para algunas personas, el equipo de residentes de las Colaboraciones comunitarias se empezó a convertir en una forma de apoyo que les cambió la vida. No fue fácil al principio. Las barreras del idioma entre los residentes que hablan inglés y aquellos que hablan español eran profundas; por un tiempo, todo se interpretaba y las reuniones duraban dos veces más de lo normal. Pero el equipo encontró una solución tecnológica que le permitió a un solo intérprete ofrecer interpretaciones simultáneas a través de audífonos.
Durante una celebración que el equipo de residentes organizó a finales de junio, una y otra vez las personas dijeron estar agradecidas por los lazos que han establecido aquí, por las historias que han compartido.
“Algunas de mis amistades hispanas y yo hemos sufrido racismo y discriminación, y les agradezco que nos hayan aceptado y tratado como familia”, Ledezma les dijo a los otros participantes.
Más tarde, Ledezma dijo que a ella, su hija en edad preescolar y una amiga las habían acosado en un Olive Garden cercano hace aproximadamente un año. Un grupo de personas blancas sentadas cerca de ellas las había atormentado repetidamente usando insultos étnicos, llamándolas “monas” y burlándose de su hija. Un mesero intervino y el grupo de acosadores se fue, pero se quedaron esperándolas afuera cuando salieron. Ledezma cree que, si el mesero no las hubiera acompañado a su automóvil, el grupo las hubiera atacado físicamente.
La fortaleza de este grupo de vecinos no ofrece total protección contra amenazas de violencia y racismo, pero sí ofrece apoyo. “Lloran con nosotros”, Ledezma dijo.
Investigar las causas principales de los problemas que el vecindario enfrenta ha requerido verdadero esfuerzo. Rose Rager, una abuela que bromeando dice que representa a “los residentes más maduros” de la comunidad, dijo que un momento decisivo para ella ocurrió durante un taller de cuatro horas sobre la opresión.
Rager dijo que no tenía muchas ganas de ir; tenía mejores cosas que hacer con su tiempo ese sábado. O eso pensó: “Aprendí que realmente no tenía nada mejor que hacer con mi tiempo”.
La sesión le abrió los ojos a maneras como sus experiencias siendo una persona blanca, hasta viviendo en la misma comunidad de casas rodantes que sus vecinos latinos y hasta como abuela con nietos asiático-americanos y negros, le ofrecen ventajas invisibles.
“Cuando me para la policía, me pongo nerviosa y pienso, ‘Oh no, esto podría costarme dinero’. No pienso, ‘Esto podría costarme la vida’”, Rager dijo
El clasismo y el racismo son elementos centrales de muchos de los problemas frecuentes en el vecindario, el equipo descubrió.
El primer año de implementación de su plan de equidad en salud está enfocado directamente en aquellas personas de la comunidad más afectadas por estos problemas, especialmente los adolescentes, los habitantes que hablan español, las familias de color y las personas que viven en o por debajo del 130 por ciento del nivel federal de pobreza.
Sin embargo, el plan los beneficia a todos. Sus objetivos incluyen crear un consejo de padres para la junta escolar, establecer una red social más formal dentro de la comunidad, incluido un árbol telefónico bilingüe, cuidados infantiles y capacitación de resucitación cardiopulmonar para los habitantes, y trabajar con la administración de la comunidad para incluir las opiniones de los habitantes en las reglas y los acuerdos internos del vecindario.
También están desarrollando un plan a largo plazo para abordar los problemas de infraestructura. Porque el terreno es privado, los fondos de The Trust no pueden usarse para construir veredas o instalar farolas, y tampoco son responsabilidad del condado. A algunos residentes les preocupa que dichas mejoras resulten en alquileres más altos por las parcelas. Por eso, los residentes invertirán el próximo año en aprender cómo otras comunidades de casas rodantes han resuelto desafíos similares.
También cuentan con dinero que pueden usar para contribuir a organizaciones no lucrativas y agencias que trabajan aquí, tanto respaldando la tarea que están implementando, como para pedir que las cosas se hagan de forma diferente. Tienen la esperanza de que esto también cambie las cosas.
Como dice Rager: “El dinero habla”.
Igual de importante, los vecinos también hablan. Por tres lunes al mes durante años, han mantenido conversaciones cruciales para el futuro del vecindario.
Durante todo este tiempo, Philpot dijo, “Nunca he pensado en renunciar”. Siempre ha sentido que es demasiado importante.
Valente Mireles, un inmigrante de México que vino a vivir aquí hace cuatro años, dijo que el cambio para él y otros integrantes hispanos del grupo ha sido enorme.
“Pensamos que no tenemos una voz, pero sí la tenemos”, Mireles dijo. Las puertas comenzaron a abrirse cuando los integrantes del equipo empezaron a comunicarse entre ellos.
“Ahora hay una familia aquí. Hay cariño aquí. Somos todos iguales ante los ojos de Dios”.