El estrés de vivir en la pobreza
Read in EnglishPor el Dr. Ned Calonge, MPH, y Kristin Jones
Niki Okuk contrata a personas con antecedentes penales serios.
Después de obtener una maestría en administración de empresas, Okuk regresó a su ciudad natal en el sur-centro de Los Ángeles porque quería iniciar una empresa ecológica. Fue así como lanzó una compañía de reciclaje de llantas llamada RCO Tires.
Muchas de las personas con las que Okuk se crio pasaron tiempo en la cárcel en algún momento de sus vidas, con frecuencia por crímenes que se hubieran tratado como trasgresiones menores en un vecindario diferente. A su esposo lo acusaron de 10 delitos graves por vandalismo: grafiti. Así que Okuk no les pregunta a las personas que buscan trabajo en su compañía si tienen antecedentes criminales cuando las contrata para manejar camiones o trabajar en la bodega. También contrata a personas sin hogar o que recientemente dejaron de vivir en la calle.
Sin embargo, Okuk enfrentó un desafío: sus empleados faltaban mucho al trabajo. ¿Por qué?
Un empleado faltó al trabajo porque el techo de su baño se derrumbó, tres veces. Su hijo tenía asma, agravada probablemente por moho presente en el apartamento en mal estado donde vivían. A pesar de eso, Okuk contó, el empleado se negó a reportar al propietario del apartamento porque sabía que, como hombre negro viviendo en una de las ciudades más caras del país, era poco probable que encontrara otro propietario dispuesto a alquilarle un lugar por la cantidad que podía pagar.
Otro empleado tuvo que faltar al trabajo para que el estado le regresara la custodia de sus hijos. Okuk dijo que se los habían quitado porque el propietario del empleado se quejó cuando el empleado y su nueva esposa, ambos con dos hijos, se mudaron a vivir juntos.
Con frecuencia, los empleados faltan al trabajo para presentarse durante el horario laboral a audiencias relacionadas con su libertad provisional. O porque los arrestaron camino al trabajo, a veces debido a que el registro de su automóvil había vencido un par de días antes, y a veces sin una razón aparente más que el color de su piel.
Okuk dijo que no son solo los chequeos normales de antecedentes penales que afectan la situación laboral de las personas que han pasado tiempo en la cárcel.
“Es el hecho de que viven en un sistema estadounidense de apartheid ”, explicó.
Okuk fue la ponente más reciente durante la Serie de aprendizaje sobre la equidad en salud de The Trust. La serie invita a ponentes a lo largo del país para que vengan a Denver y hablen sobre cómo las desigualdades persisten en la sociedad estadounidense, cómo afectan nuestra salud y lo que podemos hacer al respecto. Las presentaciones se transmiten nuevamente por video en eventos a lo largo del estado y son parte de un plan de estudios para capacitar a líderes locales sobre temas de equidad en salud.
La plática de Okuk en History Colorado Center el 5 de septiembre ilustró cómo la pobreza afecta la salud. Su punto de partida fueron las experiencias vividas por sí misma, su familia y sus empleados al enfrentarse a la discriminación y a un trato desigual.
“El contexto mismo de nuestras vidas, la cual está llena de situaciones inestables de vivienda y transporte que resultan en dificultades para encontrar y mantener un empleo, la falta de recursos en nuestras familias y en nuestras redes sociales, esas cosas se combinan para crear un sistema de pobreza”, Okuk dijo. “El estrés de ser pobres es lo que nos enferma”.
En la segunda parte de su presentación, Okuk habló sobre las soluciones que pueden crear y mantener riquezas (y, por lo tanto, la salud) en comunidades que se han visto privadas de ellas.
La desigualdad ha estado aumentando en Estados Unidos. Desde 1980, el 1 por ciento de las personas más ricas casi han duplicado su parte de los ingresos nacionales, según el Informe de Desigualdad Mundial de 2018. La mitad de las personas con menos ingresos han visto su parte de los ingresos nacionales reducirse abruptamente.
La diferencia es más notable entre grupos raciales. Por cada 100 dólares de riqueza que tienen las familias blancas, las familias negras en este país tienen solo cinco dólares, y esta desigualdad continúa empeorando. El Instituto para Estudios Políticos encontró que entre 1983 y 2013, la riqueza media de los hogares negros en EE. UU. disminuyó 75 por ciento, y 50 por ciento entre los hogares latinos. En ese mismo periodo, la riqueza media de los hogares blancos aumentó 14 por ciento.
Esta desigualdad afecta no solo la salud y la mortalidad de las personas que viven en la pobreza. También afecta a todos los que vivimos en comunidades desiguales.
La experiencia de Okuk ofrece solo un ejemplo de cómo la pobreza (no simplemente la falta de dinero, sino los diversos castigos brutales que la acompañan) puede afectar la habilidad de las pequeñas empresas para prosperar y generar riquezas.
“¿De qué forma puede una compañía como RCO funcionar cuando el estado continúa secuestrando a mis empleados?” Okuk preguntó.
Durante los últimos seis años, Okuk ha desarrollado una compañía exitosa. RCO usa llantas viejas de camiones y crea productos nuevos con ellas: parachoques de hule para rampas de carga, bases de conos para el tráfico, argollas para dar peso a las lonas en las granjas lecheras. La compañía ha reciclado más de 300 millones de libras de hule, evitando que 70 millones de galones de petróleo acaben en basurales.
RCO Tires funciona con un margen de ganancias limitado, pero Okuk está comprometida a pagarles a sus empleados más del salario mínimo. También los animó a formar una unión de trabajadores, y la formaron.
Sin embargo, el salario promedio de las personas que trabajan en RCO es aproximadamente $14,50, un salario que no basta para vivir en Los Ángeles. Muchos de sus empleados tienen otros trabajos en restaurantes de algún pariente, o sus esposas tienen guarderías para ayudar a cubrir los gastos. Con frecuencia, eso no es suficiente para presentar como prueba ante propietarios de viviendas en alquiler, quienes están buscando inquilinos con salarios altos y un historial crediticio perfecto y sin antecedentes criminales.
El problema de la pobreza va más allá de lo que puede resolver una sola empresa. Entonces, ¿qué se puede hacer para resolverlo?
“La mejor manera de ayudar a las personas sin dinero es dándoles dinero”, Okuk dijo. “Nuestras comunidades necesitan que se invierta [en ellas]”.
Dinero que les permita a compañías como RCO crecer sin verse obligadas a pedir préstamos incapacitantes, para contratar a más personas y pagarles un salario justo.
También dinero que les permita a los trabajadores vivir en viviendas seguras y estables y liberarse del acoso que persigue a quienes se les asigna culpabilidad por ser pobres.
Una solución que Okuk promueve es la creación de cooperativas cuyos dueños son los empleados. Dentro de este modelo, el cual todavía RCO no ha adoptado, los empleados comparten las ganancias que obtienen las empresas que extraen su labor.
En EE. UU. las cooperativas son poco comunes. Pero otros países las han probado. La Corporación Mondragón, fundada en la década de los 50 en la ciudad vasca de Mondragón en España, es una federación de cooperativas comerciales independientes. Los empleados-propietarios toman decisiones sobre el negocio, incluidos los aumentos o recortes de salarios, y reciben más dinero cuando a la compañía le va bien. Eso contrasta con las compañías cuyos dueños son los accionistas, compañías donde sus ejecutivos e inversionistas acumulan riquezas, pero sus empleados raramente lo hacen.
Ser dueño de una vivienda, Okuk dice, es otra forma de acumular riquezas. Pero a las personas de color con frecuencia se les ha negado esta oportunidad, históricamente a través de la práctica conocida como redlining y otras clausulas racialmente restrictivas, y más recientemente a través de medidas discriminatorias en la aprobación de préstamos. Por ejemplo, Wells Fargo Bank se ha enfrentado repetidamente a quejas de que encaminó a compradores afroamericanos y latinos hacia hipotecas de alto riesgo con cargos elevados, aunque reunieran los requisitos para recibir préstamos preferenciales.
Okuk no creó su compañía de la nada. Ella habló sobre su experiencia viviendo gratis en la casa de su abuela blanca, aprovechando la riqueza intergeneracional a la que no tuvieron acceso sus abuelos negros. La idea de que trabajar duro es suficiente para crear compañías exitosas es un mito, dijo.
“Cuando nos preguntamos cómo desarrollaremos más compañías como RCO, tenemos que preguntarnos: ¿de dónde provendrá la riqueza?”
Nuestra salud y prosperidad compartidas podrían depender de la respuesta a esa pregunta.
Video proporcionado por Open Media Foundation